miércoles, 17 de agosto de 2011
ESE BELLO ROSTRO
Acostumbrado estaba a ver en los programas oficiales de FERCAM de ediciones pasadas, la argéntea cabeza de Barreda, la espartana barba de Nemesio y la insigne calva de Pozas, que cuando en la presente edición me encontré de sopetón con el glamour que exhibe nuestra actual Presidenta, tuve que volver de inmediato a la portada del programa, pues estaba convencido de haber cogido la revista Cosmopolitan.
Es cierto, quedé asombrado por la belleza de ese rostro al que no puedes, en modo alguno, asociarlo con un alto mandatario político. Me dio el subidón del año e interioricé que ese esbelto rostro me conduciría por la vía de mi imaginación a un mundo feliz, a un mundo de intensas emociones tales como las que te despierta la película de Los Puentes de Madison. Imaginaba a nuestra Presidenta suplantando a la actriz protagonista de la película de Clint Eastwood y como dice Meryl Strep. “Por un momento no supe donde estaba”. Y, después, lloré a lágrima viva.
Sin embargo la realidad se impone y la señora De Cospedal me sigue haciendo llorar, porque una persona que ingresa (que no que gane) 6OO euros al día –lo equivalente al salario mínimo interprofesional que gana mucha gente al mes en nuestra región- le niegue una ayuda de 400 euros al año a parte de las viudas de la región con menos pensión pública y me hace llorar por su poca sensibilidad social y por su poca perspectiva económica al no darse cuenta de que ese tipo de ayudas son inversiones públicas con retorno económico y social.
Y me sigue haciendo llorar cuando se atreve a eliminar, nada más llegar, a instituciones tan necesarias como el Defensor del Pueblo, la Sindicatura de Cuentas y el Consejo Político Social y Fiscal. Dice un personaje de la novela Ana Karenina de Tolstoi, que las comunidades que avanzan y progresan son las que defienden y creen en sus instituciones. Por eso también lloro, porque nuestra Presidente no cree en nuestras instituciones ni en nuestra autonomía.
No quiere más traspasos, pero si le gustaría devolver competencias. Lloro porque no defiende nuestras instituciones y porque no cree en nuestro Estatuto de Autonomía.
Lloro en una palabra, porque nuestra Presidenta no cree en los castellanos manchegos.
Me hace llorar porque en vez de pagar a los proveedores, coloca a sus amiguetes de la COPE en los medios de comunicación públicos regionales para que le hagan la mamola y nos pongan en pantalla lo bueno que fueron los franquistas y lo resentida que está la izquierda desde que se perdió la República.
Me hacen llorar la cara de felicidad que ponen sus seguidores en Facebook porque están siendo traicionados por la mente ambiciosa de quien tan bello rostro nos enseña.
No paro de llorar cuando compruebo que nuestro pueblo y nuestra región le estamos sirviendo de conejillos de indias y de laboratorio de experimentos para cuando logre estar su partido en Moncloa.
“Ahora siento que algo se ha estropeado” Meryl Streep en Los Puentes de Madison.
lunes, 1 de agosto de 2011
TIRANO BANDERAS DE VALLE INCLÁN
TIRANO BANDERAS DE VALLE INCLÁN
Un gobierno despótico desarrollado en un país imaginario de América Latina es de lo que trata este texto de nuestro maestro don Ramón del Valle Inclán.
Ya sé que es un libro de 1926 y que me podéis tachar de antiguo, sin embargo es un relato lleno de fuerza narrativa plagado de americanismos que lo hacen único en el género de la sátira esperpéntica.
No se lo pierdan.
LA ROMANA DE ALBERTO MORAVIA
LA ROMANA DE ALBERTO MORAVIA
La Romana de Alberto Moravia es una gran novela que refleja el cinismo de Roma en la época de Mussolini. Es la historia de una joven muchacha pobre pero guapa y esbelta que sólo aspira a tener una vida sencilla con un marido que la quiera, pero que no tiene claro cuando deja ese pensamiento para convertirse en prostituta. También es la historia del agente de la policía política Astarista y de su afán por poseer a la protagonista de la novela, Adriana. La historia del hipócrita del novio de Adrian. También es la historia de un joven acaudalado de provincias, Giancomo, que acaba siendo un frustrado revolucionario. El de un burdo criminal: Sonzogno, que no tiene desperdicio.
En fin que aunque la novela se publicó en 1947, los personajes y las historias siguen presentes en nuestra vida cotidiana del siglo XXI. Muy recomendable. Dicen los críticos que es de lo mejor del autor y que se encuentra a la altura del gran Dostoievski.