domingo, 22 de mayo de 2011

BYE, BYE MANIFIESTO. WELCOME MANIFIESTO

BYE, BYE MANIFIESTO. WELCOME MANIFIESTO

Vaya, pues la verdad es que me ha sorprendido la despedida de “El Manifiesto”. Para una vez que estoy de acuerdo con algunas de las cosas que publican, van y cierran. Me refiero al color con el que han pintado el Eroski de enfrente de mi casa. Pero en fin, paciencia, al igual resulta que es una primera mano de pintura.

Por otra parte, sin querer entrar en grandes polémicas, al igual que restauramos la Monarquía con la Transición, podemos restaurar la República en el siglo XXI. Así de sencillo. Hay también mucho republicano en la base social de la derecha. Particularmente no voy a discutir sobre el color de las banderas. Esa cuestión es muy, muy secundaria, aunque reconozco emocionarme cuando en el extranjero veo ondear la roja y gualda y quizás la tricolor ni la percibiría. Como diría un gran amigo mío, en España tenemos aspiraciones republicanas y lo ideal sería llamar al presidente rey en lugar de presidente.

No obstante, lo que pretendo con esta entrada es lanzar una propuesta para la nueva Corporación que salga elegida en las elecciones que se celebran este domingo y que tendría que tener necesariamente la aquiescencia de los propietarios de la cabecera del periódico.

Como imagino que la operación no sería demasiado onerosa para el Ayuntamiento, creo que sería interesante que con el nombre del “El Manifiesto”, y dado que no tenemos medios municipales escritos, completar la oferta informativa local con una revista de una periodicidad quincenal o mensual que sirviera de órgano de expresión de todos los grupos municipales, partidos, sindicatos, asociaciones, colectivos de todo tipo, escritores, poetas, fotógrafos, etc.

Todo ello bien dirigido de forma colegiada y colectiva, bien estructurado en secciones y con la aportación de jóvenes universitarios y/o de estudiantes de bachillerato y de formación profesional, para que de paso aprovechen la experiencia para su futuro profesional, quedaría estupendo, facilitando su distribución por Internet y con una reducida tirada impresa, serviría para que el pueblo recobre su bullicio intelectual que puede que esté algo adormecido.

Ahí queda.

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