LOS INCENTIVOS EN EL ÚLTIMO PLENO MUNICIPAL
Antonio Caba llevó, casi de tapadillo, un asunto relacionado con los “dinerillos” de los políticos que dejan el cargo y regresan a su vida anterior, claro, si resulta que en su vida anterior eran funcionarios y ahí es donde radica el mal de la cuestión, ahí es donde está el privilegio. Nunca olvidaré que Gerardo Iglesias, después de haber representado a la ciudadanía en el Congreso de los Diputados, tuvo que regresar a picar a la mina. Muy honroso, sí, pero demasiado lacerante cuando tus compañeros de Cámara regresan a sus cargos o son fichados por compañías internacionales para cobrar un generoso sueldo. La norma está muy mal y por eso, casi siempre, ocurre que quienes se dedican a la política son funcionarios.
Ocurre que por vanidad caciquil, esta cuestión la llevaron al último Pleno de la legislatura al igual que ocurrió con el cambio de denominación del puesto de Director de Biblioteca, y les pilló el toro.
Brillante la intervención del portavoz de Izquierda Unida, Santiago Sabariego. Sospechosa la abstención de los no adscritos y pedante, demagógica e intolerante la intervención de la señora Serna. Miguel Ángel Pozas tendrá sus cosas. Todos lo sabemos, pero queramos o no, ha regido nuestro ayuntamiento durante 28 años y no debemos olvidar que habiendo sido elegido democráticamente, por ello, la portavoz del Partido Popular no tenía ningún derecho para hablarle como le habló al Alcalde. Cosa distinta es que la moción no hubiera obtenido el apoyo suficiente para salir adelante.
DINERO POR NADA: DIRE STRAITS
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